Comentarios en torno a la conferencia "Un derrame de Iluminación" de la Dra. Jill Bolte Taylor
Dos fuerzas se manifiestan contínuamente en la historia de nuestra especie y en la historia diaria de cada una y cada uno de nosotros, dos fuerzas arquetípicas; cósmicas si se quiere. Estos dos arquetipos, denominados por Jung Ánima y Ánimus expresan y delimitan lo femenino y lo masculino respectivamente. En su extremo más literal encontramos el Ánimus como opinión, eso que en el lado más simbólico del espectro es separación, disernimiento, órden y límite. En su aspecto más literal Ánima es sentimiento, y presenta en su rostro simbólico la sonrisa de lo "unitivo", la vinculación, la integración, cercanía, cuerpo (físico y psíquico) y completud.
No hay otro tema dentro del corpus junguiano que haya recibido más atención y discusión desde su aparición en la obra del llamado "sabio de Zurich", ni otro que haya aportado más a la discusión del tema del género. Desde diversas miradas se ha buscado esclarecer su verdadera naturaleza y las implicaciones positivas y negativas para la vida de hombres y mujeres. Quizás Ánima y Ánimus esten obligándonos a escribir artículos y libros sobre ellos, a producir películas y novelas y a narrar cuentos, fábulas y chistes, con el fín de darse a conocer y evolucionar hacia la conciencia.
Al revisitar este video, me pregunto si la doctora Jill Bolte Taylor no es una más de las mentes que ha sido utilizada por estos arquetipos para manifestarse. ¿Qué es lo masculino? ¿qué es lo femenino?... la conciencia humana cambia la realidad mediante el cambio en la respuesta a estas preguntas, sobretodo cuando ha aplicado estos términos a la literalidad de lo que es el hombre y la mujer.
Una cierta interpretación religiosa parece asomarse a lo largo de la conferencia, lo cual parece inevitable porque el tema de los opuestos en integración corresponde a una imagen primitiva, quizás la más primitiva de todas, y que se encuentra en la base de toda aspiración religiosa, re-ligare: unión con el cosmos, con la naturaleza, con la totalidad, con algo perfecto, con Dios, etc. Independientemente de este aspecto, las preguntas que, desde la perspectiva psicológica, quiero compartir son las siguientes:
¿Se encontró la neuroanatomista con una vía simbólica para expresar, a partir de una experiencia física, los contenidos arquetípicos de lo masculino y lo femenino? ¿Habrá encontrado, de paso, la representación de estos elementos trascendentes en la masa gris mortal y tangible? ¿Es su descubrimiento una síntesis de lo que la conciencia colectiva actual percibe acerca de una lucha arquetípica de cuyo resultado depende nuestro colapso o nuestra sobreviencia como indivíduos y como especie? ¿Es la misma, antigua y arquetípica imágen de los opuestos en pugna o integración, ahora puesta en términos de patologías, cerebro, neuronas y conexiones, es decir, en lenguaje moderno?
Te invito a verlo: