Puesto que los griegos usaron la misma palabra para alma y para mariposa, la palabra "psyche", ya está sugerido que cuidar del alma es cuidar de todo aquello que en nosotros es sutil y al mismo tiempo vigoroso, de eso que en nosotros se transforma, muere y renace en otra forma pasando por estados de crisálida. Esto incluye, por supuesto, al "anima mundi", al alma del mundo que todos y todas respiramos y sentimos a cada paso.
Somos entonces cuidadores de la gran metáfora de la existencia. Buen día no sólo para los profesionales de la psicología, también para todas aquellas personas que tengan la conciencia de cuidar de lo más sagrado que les habita.