Por Lisímaco Henao H.
Mantener buenas relaciones con la máscara significa no identificarse con ella, no creérsela por completo y, de cuándo en cuándo, descansar de ella. La Máscara (arquetipo de La Persona) es una representación en lo social, nuestro Yo social, que nos permite ejercer un oficio, una profesión, una función social y que los otros puedan reconocer con claridad de qué se trata, qué esperar y qué no. Pero La Persona no es la personalidad total, no soy eso que represento pues lo que represento es apenas un área de un alma que integra aspectos públicos y privados, aspectos conscientes e inconscientes. Creer que "yo soy" lo que represento es peligroso, tan peligros como creer que eso que represento ya está acabado y terminado, como si yo me dijera "ya tengo todas las claves y la verdad verdadera como psicólogo".Aparte, me preocupa mucho la pérdida de la vida privada, el impulso a publicar en redes aspectos de uno que deberían quedarse en el campo de aquellos que nos conocen detrás de la máscara, de la sombra incluso, es como si quisiéramos hacer de todo, máscara. Muchas veces esto viene promovido por complejos económicos (se gana dinero por exponerse así) o por otros complejos igual de graves (aislamiento, abandono, inferioridad, etc.).
En fin, que la máscara no se nos quede pegada, y que las máscaras que nos ponemos en Halloween y otras ocasiones, no nos lleven a exponer la sombra y a hacer o hacernos daño, lo cual es una tendencia que se activa fácilmente al ponernos una máscara de feria, debido al anonimato que genera y a la pulsión constante de la sombra por manifestarse.
Por los niños no se preocupen, saben perfectamente que sólo es un juego ¿Lo sabemos los adultos?
Lisímaco Henao H.
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